El Senado, liderado por la vicepresidenta Victoria Villarruel, enfrenta un nuevo capítulo de conflicto político tras el vencimiento del congelamiento de las dietas parlamentarias el 31 de diciembre. Este cambio implica que los senadores podrían percibir, a partir de febrero, un sueldo bruto de $9,5 millones, con un neto aproximado de $7 millones.
El incremento salarial, vinculado a las negociaciones paritarias de los empleados del Senado, generó fuertes críticas desde el gobierno de Javier Milei hacia Villarruel. Según fuentes cercanas a la vicepresidenta, ella habría intentado sin éxito convocar una sesión especial para extender el congelamiento, permitiendo que los legisladores sigan recibiendo $4,9 millones en dieta, a los que se suma un aguinaldo de $2,4 millones, parcialmente abonado en julio.
“Villarruel solicitó a los senadores que demostraran un gesto de consideración hace semanas, previendo la repercusión negativa de este aumento”, afirmaron allegados a su despacho. No obstante, reconocieron que existe un margen limitado de tiempo —aproximadamente 15 días— para evitar la implementación del nuevo cálculo salarial, que eleva el valor del módulo de $1838 a $2225. Esto podría llevar las dietas a un mínimo bruto de $9 millones por legislador.
En medio de las críticas del oficialismo, Villarruel firmó finalmente una resolución para prorrogar el congelamiento de sueldos hasta el 31 de marzo. Según declaró en redes sociales: “Es mi intención que el Senado acompañe al pueblo argentino en el esfuerzo que está haciendo”. Esta medida fue respaldada por varios bloques, como PRO, la UCR, y La Libertad Avanza, aunque no contó con apoyo explícito de la bancada kirchnerista.
El aumento de sueldos en el Senado había sido aprobado en abril pasado, con una estructura que incluye 2500 módulos básicos, más adicionales por representación y desarraigo, sumando un total de 4000 módulos. Además, los legisladores incorporaron una dieta extra para compensar el aguinaldo, alcanzando en 2024 ingresos brutos superiores a $7 millones.
Desde el oficialismo, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, criticó a Villarruel, acusándola de no tomar medidas para evitar este “descabellado aumento”. Por su parte, sectores de la oposición denunciaron que estas críticas buscan desprestigiar al Senado, destacando que “los legisladores cumplen funciones esenciales para la democracia”.
Con el nuevo congelamiento vigente hasta marzo, la polémica sobre las dietas queda temporalmente apaciguada. No obstante, el debate sobre los sueldos de los legisladores seguirá siendo un tema clave en la agenda política de 2025.