
En un movimiento que marca un antes y un después para la política económica argentina, el gobierno de Javier Milei logró cerrar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por un total de USD 20.000 millones, de los cuales USD 12.000 millones serán desembolsados de forma inmediata. Este acuerdo no solo representa un fuerte respaldo financiero, sino también un giro estratégico: la flexibilización del cepo cambiario que regía desde 2019.
📉 ¿Qué implica este nuevo acuerdo?
El pacto contempla exigencias clave por parte del organismo internacional. Argentina se comprometió a alcanzar un superávit fiscal primario del 1,3% del PBI y a acumular USD 4.000 millones en reservas antes de que termine el año. Esto supone un ambicioso plan de ajuste, pero también busca recuperar la credibilidad del país en los mercados globales.
💱 Adiós al cepo: nuevo régimen de bandas cambiarias
Uno de los aspectos más llamativos del acuerdo es el nuevo sistema de bandas para el dólar oficial, que se moverá entre $1.000 y $1.400, con un ritmo de devaluación mensual controlado del 1%. Este modelo apunta a ofrecer previsibilidad al tipo de cambio sin caer en una liberalización total y desordenada, lo cual generaba temor entre los inversores.
📊 Reacción positiva de los mercados
Los anuncios no tardaron en tener impacto: los bonos argentinos en dólares subieron más de un 5% en el premercado y las acciones argentinas listadas en Wall Street también reaccionaron al alza. En paralelo, el riesgo país experimentó una leve baja y se espera que esta tendencia continúe si las metas fiscales y de reservas se cumplen.
🗣️ “Estamos avanzando hacia una economía más abierta, más confiable y con menos restricciones para producir y exportar”, declaró un alto funcionario del Ministerio de Economía tras conocerse la noticia.
🌍 ¿Qué sigue?
Con este nuevo respaldo del FMI, el gobierno se enfrenta ahora al desafío de sostener los compromisos asumidos sin desatar tensiones sociales. Aunque el camino no está libre de obstáculos, los analistas coinciden en que se trata de una ventana de oportunidad crucial para ordenar la macroeconomía argentina y recuperar la confianza tanto interna como externa.