En una jornada marcada por decisiones estratégicas, el Tesoro argentino colocó US$ 320 millones en ventas de reservas para frenar la escalada del dólar. Esta medida se suma a un contexto complejo donde la macroeconomía busca espacios de estabilidad frente a tensiones cambiarias.
Mientras tanto, en el frente automotor, la llegada de BYD llegó para sacudir el mercado local. La marca china desembarcó oficialmente con tres modelos —el eléctrico Dolphin Mini, el SUV Yuan Pro y el híbrido Song Pro DM-i— y anunció una estructura directa: operar como filial, sin intermediarios. Los precios arrancan en torno a US$ 22.990, y la estrategia se apoya en brindar innovación, tecnología y alternativas sustentables al público nacional.
El plan incluye una preventa con más de 1.500 unidades reservadas y una red inicial de concesionarias que busca generar presencia territorial. BYD también apuesta a una propuesta ambiental: cero emisiones, mantenimiento accesible y una experiencia digital moderna.
La unión entre estas dos fuerzas —una política cambiaria agresiva y una apuesta privada en electromovilidad— representa un momento de inflexión. El poder público actúa para contener las turbulencias del mercado de divisas, mientras el sector privado busca ampliar su rol de protagonista en la transformación productiva del país.
El escenario queda planteado: ¿será este el momento en el que Argentina empiece a transitar una senda más firme hacia una economía más estable y conectada con las tendencias globales? El pulso lo marcarán los próximos pasos del Tesoro, el mercado cambiario y las marcas que apuestan por quedarse.