
En un giro inesperado y alentador para la economía argentina, el Banco Mundial pronosticó que nuestro país será el de mayor crecimiento de toda América Latina en 2025, con una expansión del 5,5% del Producto Bruto Interno (PBI). Esta proyección optimista marca un cambio de rumbo en un contexto global de incertidumbre y se da en medio de un proceso de estabilización económica local.
El organismo internacional publicó su informe semestral «Nuevos comienzos», en el que destacó que Argentina liderará el ranking de crecimiento en la región, superando a países como Uruguay (4,8%) y Paraguay (4,5%). Incluso prevé que este crecimiento se sostendrá en 2026, con una suba del 4,3%, lo cual refuerza las expectativas de una recuperación sostenida.
Este nuevo pronóstico supera ampliamente el que había hecho el Fondo Monetario Internacional (FMI), que había estimado un crecimiento mucho más modesto para la Argentina, en torno al 2,8%. De hecho, el propio Banco Mundial había sido más cauto en sus previsiones anteriores, pero ahora se alinea con la posibilidad de un escenario más favorable gracias al reordenamiento fiscal y la desaceleración de la inflación.
En el informe también se destaca que el crecimiento regional promedio será de apenas un 2% en 2025, lo que ubica a Argentina como un caso atípico en términos positivos. Además, se remarcó que los países con economías más grandes, como Brasil y México, tendrán desempeños más modestos, lo que hace aún más relevante el dato argentino.
El informe deja en claro que la clave para mantener esta tendencia estará en la consolidación de reformas estructurales y en lograr un entorno macroeconómico previsible. En otras palabras, el impulso de 2025 podría ser solo el comienzo si se sostienen políticas económicas responsables.
🌟 En resumen:
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Argentina crecerá un 5,5% en 2025, el mayor crecimiento de América Latina.
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Superará a Uruguay y Paraguay.
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El FMI había proyectado apenas un 2,8%.
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El crecimiento continuaría en 2026, con una suba del 4,3%.
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La estabilidad fiscal y la baja inflación serían claves.
Una señal esperanzadora para un país acostumbrado a los vaivenes. Habrá que seguir de cerca si este impulso se convierte en una tendencia firme. ¡A cruzar los dedos y seguir construyendo!