La rentabilidad de los plazos fijos en pesos sigue en ascenso: para depósitos mayoristas —a partir de $1.000 millones—, la tasa efectiva anual ya ronda el 80 %, según la TAMAR (Tasa Mayorista de Argentina). Esta suba posiciona nuevamente a este instrumento como una alternativa atractiva frente a la inflación.
Esto, sin embargo, también tiene consecuencias: encarecer el crédito para empresas y familias, lo que podría frenar la actividad económica y aumentar los riesgos de morosidad.
Por otro lado, los ahorristas minoristas no se quedan atrás: muchas entidades ya ofrecen tasas por encima del 50 % anual, con algunas superando incluso el 58 %, dependiendo del banco y segmento de clientes.
En este contexto, la competencia entre bancos es feroz y las tasas reflejan la necesidad de atraer depósitos mientras se adapta la gestión de liquidez a las nuevas exigencias del Banco Central.




