
El Mercosur alcanzó un hito trascendental en su política exterior y económica: la firma de un Tratado de Libre Comercio con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), integrada por Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein.
Se trata de un acuerdo de gran alcance que abre un mercado de 14 millones de consumidores con alto poder adquisitivo, y que, al mismo tiempo, permite potenciar la competitividad de los países sudamericanos.
El pacto contempla reducción de aranceles, reglas claras para inversiones, mayor cooperación en materia tecnológica y la posibilidad de diversificar exportaciones en sectores clave como alimentos, energía, servicios y manufacturas.
Más allá de lo económico, este acuerdo representa una señal política fuerte: una región que busca proyección internacional en un contexto global de cambios e incertidumbre. Para el Mercosur, significa mayor visibilidad y competitividad en un mercado donde la innovación y la sustentabilidad son requisitos esenciales.