La cadena productiva de la yerba mate argentina vive un momento excepcional: entre enero y septiembre se comercializaron más de 249 millones de kilos —sumando mercado interno y exportaciones—, lo que representa un crecimiento de casi el 10 % frente al mismo período del año anterior.
En septiembre, el dato más sobresaliente: se exportaron algo más de 7 millones de kilos de yerba mate al mundo, un nivel inédito en la historia del sector. Estas ventas al exterior crecieron un 26,5 % en los primeros nueve meses respecto al año previo.
Al mismo tiempo, el consumo interno se mantiene firme, con salidas de molino que suman más de 207 millones de kilos, reflejando la solidez del mercado doméstico.
Este dinamismo se da pese a que la materia prima —la hoja verde— presenta leves variaciones en volumen procesado, lo cual indica que la industria está ganando en eficiencia, valor agregado o en posicionamiento internacional.
Además, los envases de medio kilo siguen siendo los preferidos por los consumidores, concentrando más del 50 % de las ventas.
La combinación de una demanda local constante, exportaciones en auge y un producto que simboliza la tradición y el estilo de vida argentino hacen que esta etapa sea definitoria para la yerba mate. Más allá de los números, la industria demuestra que puede competir tanto dentro como fuera de las fronteras del país.
Es un momento clave para acompañar la tendencia, fortalecer la cadena de valor y aprovechar la visibilidad internacional del producto.




