Desde hoy, martes, comienza a regir una de las primeras medidas clave de la reforma económica impulsada por el presidente Javier Milei: el Gobierno ha dejado de cobrar el 95% del impuesto PAIS que se aplicaba por adelantado a las importaciones. Aunque la eliminación total del gravamen está prevista para finales de diciembre, este cambio ya marca un impacto significativo en el costo de los productos importados.

El impuesto PAIS, instaurado en 2019 durante el cuarto gobierno kirchnerista, gravaba diversas operaciones vinculadas al acceso al mercado de cambios, incluyendo importaciones y servicios contratados en el exterior. La modificación actual implica que Aduana ya no retendrá este adelanto al momento de oficializar compras internacionales, alineándose con el plazo mínimo de 30 días que exige el Banco Central para pagar en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC).

Cambios Confirmados y Expectativas

Desde ARCA (ex AFIP), se informó que, a partir de las 0 horas de hoy, se desactivó el mecanismo sistémico que retenía el 95% del impuesto. Aunque la normativa aún no se ha publicado oficialmente, empresas importadoras confirmaron que ya están operando bajo estas nuevas condiciones. “Para los despachos de importación oficializados desde hoy, no se debe realizar el pago a cuenta del impuesto PAIS”, indicaron fuentes oficiales.

El Ministerio de Economía, por su parte, ratificó que la medida forma parte de una transición gradual hacia la eliminación total del tributo, que caducará el 23 de diciembre. Hasta entonces, el impuesto seguirá aplicándose al dólar tarjeta y otras operaciones, pero no habrá retenciones para las importaciones.

Impacto en la Economía

La eliminación parcial del impuesto PAIS podría reducir los costos asociados a las importaciones, lo que se espera repercuta en los precios finales de los productos. Sin embargo, este cambio también ha generado tensiones con sectores industriales que critican las implicancias de un «dólar barato» para los productores locales.

Antecedentes y Proyección

El tributo había sido diseñado como una herramienta para recaudar en un contexto de déficit fiscal elevado y originalmente aplicaba solo a la compra de dólares para ahorro y gastos en el exterior. En 2022, su alcance se amplió a las importaciones y el transporte de mercaderías, convirtiéndose en una de las principales fuentes de ingresos del Estado.

Con su eliminación programada para fin de año, el Gobierno busca promover una mayor competitividad y eficiencia en el comercio exterior, aunque el impacto total de esta medida dependerá de cómo se ajusten los mercados en los próximos meses