
La noticia sacudió al país y al mundo entero: el Papa Francisco, símbolo de espiritualidad y figura querida por millones, falleció en el Vaticano. En honor a su vida y legado, el Gobierno argentino decretó siete días de duelo nacional, una medida que refleja el profundo respeto y cariño que se le tenía a Jorge Bergoglio, el primer pontífice argentino.
Durante este período, que abarca del 21 al 27 de abril, las banderas en todos los edificios públicos ondearán a media asta. Además, se espera que instituciones de distintos niveles adhieran con gestos simbólicos, actos conmemorativos y espacios de reflexión para recordar al Papa que marcó una era.
El decreto fue firmado por el presidente Javier Milei y la totalidad de su Gabinete, subrayando el valor universal de su figura, más allá de credos y partidos. El texto destaca la impronta espiritual de Francisco, su compromiso con los más vulnerables y su papel como referente global en la promoción del diálogo, la paz y la justicia social.
Con este gesto, Argentina honra a uno de sus hijos más ilustres, despidiendo no solo a un líder religioso, sino a un hombre que supo tocar el corazón de muchos, en cada rincón del planeta.