El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) anunció que la inflación de noviembre fue del 2,4%, el nivel más bajo desde julio de 2020. Este resultado superó las expectativas de los consultores, quienes habían proyectado una cifra cercana al 2,8%. En los últimos 12 meses, la inflación acumuló un 166%, mostrando una tendencia de desaceleración.
Los datos reflejan un descenso significativo en los precios de alimentos, que aumentaron apenas un 0,9%, muy por debajo del promedio general. Este comportamiento, impulsado por caídas notables en productos como verduras, contribuyó al índice mensual reducido. Sin embargo, algunos rubros, como Educación (5,1%) y Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (4,5%), mostraron aumentos mayores debido a ajustes en tarifas y alquileres.
El IPC núcleo, que excluye precios regulados y estacionales, creció un 2,7%, su menor registro desde septiembre de 2020. Por otro lado, los precios regulados avanzaron un 3,5%, mientras que los estacionales experimentaron una disminución del 1,2%.
Factores clave en la desaceleración
La reducción de la inflación se atribuye a diversas medidas económicas. La ancla cambiaria del 2% y el equilibrio fiscal, combinados con una calma financiera que redujo la brecha cambiaria, han sido fundamentales para moderar los incrementos. También se destacó la influencia de factores como la eliminación del impuesto PAIS y la flexibilización de importaciones, que actuaron como moderadores de aumentos estacionales.
Según expertos, el sector alimentos tuvo un papel crucial en la disminución del índice, ya que este rubro tiene una alta ponderación en el cálculo del IPC. En contraste, los servicios continúan mostrando incrementos más pronunciados, con alzas del 4,4% en promedio, debido a ajustes en tarifas y menor subsidio estatal.
Proyecciones para diciembre
Lautaro Moschet, economista de la Fundación Libertad y Progreso, señaló que la inflación podría ubicarse nuevamente cerca del 3% en diciembre, influenciada por el efecto estacional y ajustes en servicios regulados. Según sus estimaciones, el año cerrará con una inflación acumulada del 118%, reflejando una desaceleración significativa en comparación con el año anterior.
Camilo Tiscornia, de la consultora C&T, subrayó que la baja inflación en alimentos fue clave para noviembre, destacando una caída de más del 10% en verduras y moderaciones en varios componentes. Sin embargo, advirtió que factores como la evolución de expectativas cambiarias y el nivel de consumo serán determinantes para mantener la tendencia descendente.
Impacto en el consumo y desafíos futuros
Aunque la desaceleración inflacionaria alivia parcialmente las expectativas, el nivel general de precios sigue afectando el poder adquisitivo de los hogares. Con el incremento típico del consumo a fin de año y ajustes en precios estacionales, mantener la estabilidad en diciembre representará un desafío para las políticas económicas.