El Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), reglamentado por el Gobierno Nacional, ofrece beneficios fiscales, aduaneros y cambiarios para atraer grandes inversiones a sectores estratégicos de la economía argentina, como forestoindustria, turismo, infraestructura, minería, tecnología, siderurgia, energía, y petróleo y gas. Este régimen está destinado a proyectos de inversión superiores a 200 millones de dólares y busca generar un ambiente de seguridad jurídica y fiscal para inversores nacionales y extranjeros.
Cada sector tiene requisitos específicos, como exenciones impositivas y aduaneras para facilitar la importación de bienes de capital y repuestos. En energía, por ejemplo, se incluyen incentivos para proyectos de generación y distribución, mientras que en petróleo y gas se ofrecen exenciones para la importación de infraestructura relacionada y flexibilidad cambiaria en los primeros años de operación.
El régimen establece un umbral mínimo de inversión variable por sector, y para adherirse, las empresas tienen hasta agosto de 2026, con posibilidad de extensión. Entre los principales beneficios fiscales, destacan la reducción del Impuesto a las Ganancias al 25% para los Vehículos de Proyecto Único (VPU) y la posibilidad de amortización acelerada de bienes, así como la devolución rápida de saldos de IVA y exenciones de derechos de importación y exportación.
En términos cambiarios, el régimen permite una exención gradual en la obligación de liquidar divisas generadas por exportaciones, comenzando con el 20% en los primeros dos años, aumentando progresivamente hasta el 100% en el cuarto año. Para mantener los beneficios, las empresas deben cumplir con ciertos requisitos de inversión y cronogramas, lo que asegura que los proyectos sean sostenibles y tengan un impacto significativo en la economía a largo plazo.