
En un movimiento estratégico, la gigante estatal china PetroChina planea establecer una oficina en Buenos Aires antes de fin de 2025, con el objetivo de convertirse en un actor clave en la industria de oil & gas del país, especialmente en Vaca Muerta.
Tres líneas de negocio definidas
La compañía anticipa lanzar tres divisiones operativas:
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Venta de equipos: maquinaria de perforación, compresores, bombas para oleoductos y gasoductos.
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Unidad petroquímica: destinada a suministrar insumos al sector local.
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Servicio postventa: soporte técnico para todas las tecnologías vendidas.
Su modelo comercial, con contratos bajo la modalidad CIF (Costo, Seguro y Flete), hará que PetroChina se encargue del transporte y la cobertura de seguro hasta el puerto, facilitando la logística.
Una estrategia geopolítica de largo alcance
El desembarco coincide con la notable presencia china en las importaciones argentinas —representando casi un 25 % durante el primer trimestre de 2025—, lo que ha generado preocupación entre empresas locales por la posible competencia de precios respaldada por el Estado chino
Algunos sectores ven con recelo esta apertura acelerada, especialmente sin reformas tributarias que equilibren las condiciones, reflejada en la crítica de Paolo Rocca, CEO de Techint:
“Podemos con todos, menos con China. Juega otro partido, con una intervención del Estado enorme”
Además, su llegada se enmarca en la política económica de liberalización comercial del gobierno de Javier Milei y su alineamiento geopolítico con Estados Unidos frente a tensiones globales.
Potencial impacto en Vaca Muerta y más allá
Con el foco puesto en la cuenca neuquina, PetroChina pretende abastecer a las operadoras que ya operan en la región, sumándose a la ola de inversiones vinculadas a las exportaciones de hidrocarburos, tras grandes desarrollos como gasoductos u oleoductos impulsados por YPF y otros actores.
Su instalación formal implicaría un ingreso de gran relevancia en un mercado sofisticado, pero al mismo tiempo sensible por las tensiones con productores nacionales, que podrían verse afectados por la entrada a bajo costo de tecnología energética.